martes, 24 de marzo de 2015

En la pared de la cocina,
la marca quedó estancada.
Nadie más ha corrido el lugar de la liniecita.
No es que el fibrón se haya quedado sin tinta,
es que la niña de casa no ha crecido mas.
Al principio pensaron que estaba muerta,
pero los cuerpos del limbo;
ignoran la posibilidad de rabietas,
y no hacen berrinches al no llegar,
ni de puntillas, hasta la caja de galletas.
Los cadáveres desfilan sobre pasarelas,
no como esta pobre ingenua,
que se alegra con un par de moños de tela;
y un piloto hecho de papel celofán.
Beatriz, Beatricita, no has crecido mas...
Pero no importa, porque nosotros te querremos igual.
Es que nos gusta como te paseas,
con ese olor a crema para pelo y mazapán.
Es que siempre quisimos tener a un bebecito eterno,
para que sea nuestro y de nadie más.



martes, 17 de marzo de 2015

¿Y ahora qué?
¿Qué es lo que has hecho?
Hermanito, por qué.
Andabas bien derechito,
yendo por el buen camino,
llenándote la boca de tres
a cinco veces al día,
hasta incluso te mirabas;
te parabas frente al espejo,
sin tener que decir guarangadas,
sin transformar tu puntiaguda barbilla
en una grosera papada.
Estuviste a punto de verte,
a medio pelo y quinientos gramos
de por entero conocerte.
Lo arruinaste,
entre pastillas y colillas
coloreadas como tu piel,
apagadas como tu ser.
Te veías los bracitos,
los coloreabas para verlos.
Y ahora recuerdo.
No olvido a tus ojos morbosos,
Y por andar solo me quisiste,
porque me faltaban lustros para vivir,
porque creías recuperar algo de brillo,
frente a mi opacada cara,
de cenicienta mirada.
Por creer que me querías viniste,
creyendo que tener diecisiete basta,
para dar un poco de alma,
para amordazar a esa costumbre trastornada
de tomar té verde sin ganas,
y comer chicles a patadas.

sábado, 31 de enero de 2015

Dejé caer a la persiana,
los pestillos en la puerta coloqué,
no me he olvidado de la reja,
ni de colgar el teléfono bien.
Es que hay que cuidar las apariencias,
y barrer un poco la vereda tal vez.
Nadie debe saber de esta ausencia,
porque los fantasmas proliferan en café,
y gustan del negro,
para debajo de tus ojos crecer.
De día hacemos como si nada pasara,
y a veces creemos que nada
nada pasa;
entonces....
tragamos los platos,
como desayuno en foráneo cuerpo.
Después nos lavamos las manos,
y resistimos
la pata meter,
mientras en un piso nos acostamos,
sin saber por qué.
Puede estar el Sol o la Lluvia,
es lo mismo visto desde el parqué,
es que ahí abajo se ve todo frío,
y cuando hace calor
el cielo parece hecho de hiel.
La perra ya no quiere ni comer,
no te preocupes,
yo por ella lo haré.
Es que sé que está triste,
porque en sus ojos,
vi a un humano nacer.
Cachorra de mirada arrugada,
tu brillo no quiere mañana volver.
No te preocupes,
esta noche no pienso volver,
porque no iré a ningún lado,
sólo para a mi cabeza proteger.
¿Es que acaso no se han enterado,
de que la muerte no me deja correr?