viernes, 10 de octubre de 2014


Piel de arcilla en enero,

pies inclinados en invierno.

Cuajos de carne sufriendo,

ante el ideal de ser un manjar espléndido.

Raciocinio desequilibrado por el cuerpo,

labios delineados con esmero,

dejadez a causa de un juicio enfermo.

Billetes intercambiados por espejos,

reflejos destruidos por dinero.

Yogures light y gimnasios llenos,

chachareo absurdo mientras se baja de peso.

Lista de compras para alegrar al cuerpo.

Incansable el silbido del teléfono.

Filas de una hora para pagar los impuestos,

ocho horas diarias, estas corto de sueldo.

Mujeres con aceite de avión en sus pechos,

hombres con extensiones en su sexo.

Niñas de reallities con traumas de obesos,

niños castigados por tomar muñecas en un juego.

Jóvenes con barba que creen ser insurrectos,

por agarrar una guitarra y decir esto.

Dos mil catorce años,

suicidios y Ebola esparciendo muertos.

Fin de la adolescente en manos del portero,

un público escatológico pide periodistas certeros.

Medios amarillistas le dan su merecido al pueblo,

mientras la farándula se asoma por un extremo,

para darle de comer al que no esté de acuerdo.

Sangre seguida por censos para ver quién es el mas apuesto.

Ficticios los límites, si la muerte no se acaricia con los dedos.

Cremas para detener este momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario