domingo, 28 de diciembre de 2014

Nacida en cemento,
tu pecho has quemado
sobre el asfalto hirviendo,
en un desnudo sangriento;
donde los pájaros plebeyos
canturreaban con macabras ganas
la insistencia del deceso.
Criada en desiertos,
ardiente aún late tu garganta
alimentada con desechos.
Agua y pan no alcanzan,
para poner de pie
a este cuerpo harapiento.
No soples más viento,
deja en paz a ese ombligo yermo,
ya demasiado tiene
con el deshidratado matadero.
Retornas y olvidas al resto
porque tu ocho quieto está
cuando tus días yacen cruentos.
Adolesce el viejo,
al insistir con lo eterno,
un tanto vértigo de vida,
otro tanto muerte de orgía.
Tirado de los pelos,
arrancado de las páginas
de los temblores con precio,
la arruga cuenta
entre mareadas calles
de célebres cuerpos de cal
y adoquines aptos para desnucar.
Olfateado con recelo,
Orinado por mamertos babeantes en su celo,
la pureza del joven,
descansa sobre la promiscuidad
de otro joven que lo sueña.

2 comentarios:

  1. Sos una yegua hija de puta, mirá esto por dios. Qué hacés estudiando psicología.

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